Thursday, May 22, 2014

La Isla de los Sometidos parte 1


La Isla de los Sometidos

 “El  emperador quiere huir de sus crímenes, pero la sangre no lo deja solo.” Octavio Paz

          ¿Todos tenemos un karma de emperador dentro de nuestro ciclo kármico? En una isla de leprosos se formó esta nueva civilización, su historia está escrita en sangre, es producto de un gran incesto. No obstante, no somos perros, somos seres racionales hasta cierto punto.

          También su naturaleza innata los limita y los hace impotentes. Tu que lees este escrito, probablemente tu familia tenía tu religión escogida para ti, desde antes de nacer, por eso te bautizaron, así tomaste clases de catecismo, hiciste la primera comunión, te confesabas, también hiciste la confirmación, ibas a las misas de gallo y hasta te casaste por la iglesia.

Y tú te preguntaras: "Si, ¿y que tiene eso de malo?"
Y yo te contesto: "No es que tenga algo de malo, es que nunca te dieron la oportunidad de decidir lo que de verdad querías hacer con tu vida. Más bien te ensenaron esa forma de pensar y no te dieron la opción de decidir o hasta inventar que pensar. Quizá tú piensas que tus padres querían lo mejor para ti y el acto de ensenarte sus costumbres religiosas lo ves como un acto de paternidad o maternidad o un acto de ensenarte el camino de los valores y la moral. Pero ahora que tienes uso de razón y madurez, piensa: ¿realmente era necesaria la conversión religiosa en tus años formativos?”

           En la mayoría de los casos la respuesta varia, tú la has visto: o la persona se autoproclama atea, agnóstica o recurre a defender su punto de vida desde el punto de vista de la fe, los valores y la moral. Quieras o no, estas insultando la vida de la persona, estas dejándole saber que tú sabes que esa persona es una esclava más del sistema.


          Vuelvo a la raíz del problema: las instituciones de poder, tales como; educación, religión, política y medicina, son aquellas que por excelencia deciden qué tipo de ser humano tú serás. Todas te controlan y te dictan como criar a tus hijos. Tú lo sabes y aunque trates de ser independiente es inevitable que logren controlarte. No importa cuánto dinero tengas, cuan libre te sientas, siempre la libertad costara un precio. El tomar una decisión como la de no ser religioso, no sostener creencias en dioses y religiones, puede apartarte de tu familia y hasta alienarte de amistades. Esto se debe a que la institución de la familia se ha convertido en un mecanismo de control. La institución de la familia te dicta como educar a tu bebe, desde su concepción, hasta el día de su muerte. Si es niño, escoges el color azul y si es niña, escoges el color rosa. Piensa: ¿cuando eras niño o niña cuales eran tus colores favoritos a la edad de 3 años: rosa o azul?

          Si analizamos los roles de género en la escuela, la cocinita era para las niñas y las herramientas eran para los niños: prueba de que el elemento de control está vivo aun.   Aun así, tenemos padres y madres responsables que les importa la enseñanza de los roles de género a sus hijos y lo vital que es para ellos que sus hijos e hijas sean educados por igual, sin distinción de género.

          Imagínate tú creciendo en una casa sin el dominio del cristianismo, con el pensamiento libre, bajo la libertad de alcanzar el conocimiento sin restricciones. Así crecí yo, pero tú no. Aun así, cuando se te cae la venda de los ojos, tu libertad nunca será como la mía. Siempre serás un seguidor,  o una seguidora, mientras que yo Siempre seré a quien tu siguas, porque yo Siempre seré libre y tu no. Ese siempre ha sido mi punto de partida, un intento por hacer sentir a la persona peor de lo que se siente, pero esta vez no estoy intentando esto, porque ya sé que su condición de vida está en los cuatro bajos mundos. Más bien lo que me interesa es crear un tipo de conciencia entre ese puñado de personas que están buscando una respuesta.

          ¿Cómo tú puedes alcanzar la felicidad? No es fácil, ni tampoco difícil, pero la verdad es que si tú no tomas responsabilidad sobre tu vida nadie te hará feliz. Digamos que durante toda tu vida tú has hecho lo que tu familia y  la sociedad esperan de ti. Te graduaste de universidad, te casaste, tienes hijos, eres trabajador/a, y decides enseñarle a tus hijo/as los mismos valores religiosos que te inculcaron a ti, solo porque es lo correcto.

¿Pero cuando de verdad te has sentado a cuestionar estas instituciones de poder, en especifica la religión? Casi siempre las personas no se molestan en cuestionar las instituciones de poder debido a la vagancia mental que les arropa. Se acomodan a esos esquemas provistos por estas instituciones, ya que es más fácil para ellas/as seguir las instituciones de poder que auscultar e investigar la verdad.

          Aun así, cuando la persona logra salir del dominio de la religión, siempre sentirá un sentido de culpabilidad y cabizbaja/o se presentará ante su familia siempre luchando y argumentando su posición, siempre tratando de convencer a esas personas débiles de mente en un intento por ser inconscientemente aceptado por las mismas personas que le condenan. Dichas personas van más lejos aún, se “enamoran” de parejas evangélicas, aleluyas, cristianas, católicas, creyendo que lograran que su media naranja sostenga sus mismas convicciones. La realidad es otra. Se enamoran de creyentes religiosos y sin darse de cuenta se convierten en la misión de conversión de ese creyente, misión silente de la cual nadie habla pero que todos conocen. Al cabo de unos años te casas, tienes hijos y te ves bautizándolos por la iglesia que tu pareja siempre asistió, mientras que tu vida y tus convicciones nunca fueron respetadas.  Ese es el caso de muchas personas, por “amor” abandonan hasta su propia vida.

          ¿Te preguntas, que puedo hacer? Tu misión no es confrontar a la gente religiosa en un intento por cambiar sus creencias. Eso es ilógico, lo lógico es que tú ordenes tu vida personal y clarifiques tu misión: ¿cuál es tu misión en esta vida? ¿Qué puedes hacer para lograr ser feliz, conseguir lo que deseas incluyendo la pareja que desees?

          Al menos en mi caso, para mí no hay nada difícil y lo imposible tarda en llegar.    














 

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