La Isla de los Sometidos
“El emperador quiere huir de
sus crímenes, pero la sangre no lo deja solo.” Octavio Paz
¿Todos tenemos un karma
de emperador dentro de nuestro ciclo kármico? En una isla de leprosos se formó
esta nueva civilización, su historia está escrita en sangre, es producto de un
gran incesto. No obstante, no somos perros, somos seres racionales hasta cierto
punto.
También su naturaleza
innata los limita y los hace impotentes. Tu que lees este escrito,
probablemente tu familia tenía tu religión escogida para ti, desde antes de
nacer, por eso te bautizaron, así tomaste clases de catecismo, hiciste la
primera comunión, te confesabas, también hiciste la confirmación, ibas a las
misas de gallo y hasta te casaste por la iglesia.
Y tú te preguntaras: "Si, ¿y que tiene eso de malo?"
Y yo te contesto: "No es que tenga algo de malo, es que nunca te
dieron la oportunidad de decidir lo que de verdad querías hacer con tu vida. Más
bien te ensenaron esa forma de pensar y no te dieron la opción de decidir o
hasta inventar que pensar. Quizá tú piensas que tus padres querían lo mejor
para ti y el acto de ensenarte sus costumbres religiosas lo ves como un acto de
paternidad o maternidad o un acto de ensenarte el camino de los valores y la
moral. Pero ahora que tienes uso de razón y madurez, piensa: ¿realmente era
necesaria la conversión religiosa en tus años formativos?”
En la mayoría de los
casos la respuesta varia, tú la has visto: o la persona se autoproclama atea, agnóstica
o recurre a defender su punto de vida desde el punto de vista de la fe, los
valores y la moral. Quieras o no, estas insultando la vida de la persona, estas
dejándole saber que tú sabes que esa persona es una esclava más del sistema.
Vuelvo a la raíz del
problema: las instituciones de poder, tales como; educación, religión, política
y medicina, son aquellas que por excelencia deciden qué tipo de ser humano tú serás.
Todas te controlan y te dictan como criar a tus hijos. Tú lo sabes y aunque
trates de ser independiente es inevitable que logren controlarte. No importa cuánto
dinero tengas, cuan libre te sientas, siempre la libertad costara un precio. El
tomar una decisión como la de no ser religioso, no sostener creencias en dioses
y religiones, puede apartarte de tu familia y hasta alienarte de amistades.
Esto se debe a que la institución de la familia se ha convertido en un
mecanismo de control. La institución de la familia te dicta como educar a tu
bebe, desde su concepción, hasta el día de su muerte. Si es niño, escoges el
color azul y si es niña, escoges el color rosa. Piensa: ¿cuando eras niño o niña
cuales eran tus colores favoritos a la edad de 3 años: rosa o azul?
Si analizamos los roles
de género en la escuela, la cocinita era para las niñas y las herramientas eran
para los niños: prueba de que el elemento de control está vivo aun. Aun así,
tenemos padres y madres responsables que les importa la enseñanza de los roles
de género a sus hijos y lo vital que es para ellos que sus hijos e hijas sean
educados por igual, sin distinción de género.
Imagínate tú creciendo
en una casa sin el dominio del cristianismo, con el pensamiento libre, bajo la
libertad de alcanzar el conocimiento sin restricciones. Así crecí yo, pero tú
no. Aun así, cuando se te cae la venda de los ojos, tu libertad nunca será como
la mía. Siempre serás un seguidor, o una
seguidora, mientras que yo Siempre seré a quien tu siguas, porque yo Siempre seré
libre y tu no. Ese siempre ha sido mi punto de partida, un intento por hacer
sentir a la persona peor de lo que se siente, pero esta vez no estoy intentando
esto, porque ya sé que su condición de vida está en los cuatro bajos mundos. Más
bien lo que me interesa es crear un tipo de conciencia entre ese puñado de
personas que están buscando una respuesta.
¿Cómo tú puedes
alcanzar la felicidad? No es fácil, ni tampoco difícil, pero la verdad es que
si tú no tomas responsabilidad sobre tu vida nadie te hará feliz. Digamos que
durante toda tu vida tú has hecho lo que tu familia y la sociedad esperan de ti. Te graduaste de
universidad, te casaste, tienes hijos, eres trabajador/a, y decides enseñarle a
tus hijo/as los mismos valores religiosos que te inculcaron a ti, solo porque
es lo correcto.
¿Pero cuando de verdad te has sentado a cuestionar estas instituciones
de poder, en especifica la religión? Casi siempre las personas no se molestan
en cuestionar las instituciones de poder debido a la vagancia mental que les
arropa. Se acomodan a esos esquemas provistos por estas instituciones, ya que
es más fácil para ellas/as seguir las instituciones de poder que auscultar e
investigar la verdad.
Aun así, cuando la
persona logra salir del dominio de la religión, siempre sentirá un sentido de
culpabilidad y cabizbaja/o se presentará ante su familia siempre luchando y
argumentando su posición, siempre tratando de convencer a esas personas débiles
de mente en un intento por ser inconscientemente aceptado por las mismas
personas que le condenan. Dichas personas van más lejos aún, se “enamoran” de
parejas evangélicas, aleluyas, cristianas, católicas, creyendo que lograran que
su media naranja sostenga sus mismas convicciones. La realidad es otra. Se
enamoran de creyentes religiosos y sin darse de cuenta se convierten en la misión
de conversión de ese creyente, misión silente de la cual nadie habla pero que
todos conocen. Al cabo de unos años te casas, tienes hijos y te ves bautizándolos
por la iglesia que tu pareja siempre asistió, mientras que tu vida y tus
convicciones nunca fueron respetadas.
Ese es el caso de muchas personas, por “amor” abandonan hasta su propia
vida.
¿Te preguntas, que
puedo hacer? Tu misión no es confrontar a la gente religiosa en un intento por
cambiar sus creencias. Eso es ilógico, lo lógico es que tú ordenes tu vida
personal y clarifiques tu misión: ¿cuál es tu misión en esta vida? ¿Qué puedes
hacer para lograr ser feliz, conseguir lo que deseas incluyendo la pareja que
desees?
Al menos en mi caso,
para mí no hay nada difícil y lo imposible tarda en llegar.